07 diciembre, 2010

El joven, recuerdos y Lupus.

-Quizás ahora este cansado y siga pensando en los cambios, eso mismo cambios que volarán según las estaciones, ¿No lo crees así?- Miradas perdidas hacia la ventana continúan, él sentado al borde de la cama y su amigo en la repisa.-¿Cómo darme cuenta si voy bien? ¿Cómo sé si no me equivoco? Amigo, ya ni se me ocurre que más cuestionarme, pero esta inseguridad sigue pendiente.- Lupus cierra las persianas, la figura en el marco de esta, era la última coreografía solar del día. Así como este se iba los pensamientos también necesitaban descanso. Tal como lo decía Lupus, era mejor callar y simplemente dejarse llevar por las sensaciones y estas cambiarían el entorno a la vez que la noche se acercaba. El joven se recostaba en su cama, se cubría hasta la mitad con la manta azul a dejar los pensamientos al ritmo de las sensaciones.-Hay amigo, eres increíble te entiendo perfectamente, pero ella sobrepasa las sensaciones de este cuarto. No nos cansemos más y callaré.- Así los últimos rayos pasaban como hilos entre las rendijas de las persianas calmando, tranquilizando y logrando descansar todo cuerpo en la habitación.

En los sueños del joven, Lupus graficaba todos los recuerdos amargos, desde los terribles tropiezos y golpes en la bicicleta en época de verano. Se podía ver a un pequeño niño que bordeaba los ocho años y el cual jugaba aparentemente sólo cerca del parque. Siguiendo el mismo cuadro, siempre se mostraba intranquilo,cogiendo toda hojita rosada que rodeaba al monumento central de la virgen. Ya cerca del anochecer, volvía a su casa anestesiado, sin energías, ni siquiera pedaleaba en el regreso, sólo miraba al frente y al timón para fijarse si Lupus no se caía. Al llegar éste se encontraba con su hermana, ambos pintaban cuadros de aficionados con tal de sacarle un sonrisa ligera a su madre, total eran sus bebés los grandes artistas. Eso era lo inquietante para él que siempre su mamá esté pendiente, pero el la necesitaba.

Mientras Lupus volvía en blanco los sueños del muchacho, nuevas imágenes empezaban a aparecer. Un gran cuarto negro, sin duda alguna era este último invierno. En la pantalla central se observaba a dos jóvenes buscando solucionar sus problemas, uno era nuevo en aquella ciudad y el otro era simplemente el anfitrión. Mostraba a la torre Eiffel de fondo de todas sus hazañas. Luego él besaba a la joven cerca de un largo río y ambos navegaban sin rumbo.Posteriormente ambos eran separados por conflictos y batallas entre países,pero aún así el héroe regresa sano y salvo. Finalmente mostraba una boda al pie del Támesis ahora en Inglaterra  muy recogidos y abrazados con un paisaje impresionante en un atardecer violeta en el cielo. Simplemente contaba la historia de un típico romance extranjero en Europa. Quizás a todo esto no era precisamente lo el muchacho prefería ver, pero siempre es necesario cambiar la rutina y apreciar lo que otras historias le decían. Quizás Lupus se encontraba ahí, sin embargo, la soledad del muchacho era notable. Así pasaron los sueños del joven, mientras que Lupus desde la repisa dibujaba en sus sueños meros recuerdos, porque eso era lo único que existía.

La noche ya había ganado territorio por dos horas."Bip, Bip, Bip", empezó a dar sonidos el móvil del muchacho. "Bip, Bip,Bip", pidiendo ser contestado. "Bip, Bip, Bip", tres intentos fallidos."Bip, Bi...."- ¿Aló? Brother, dime ¿Qué pasa?...No no tengo nada que hacer ... ¡Claro que sé que es Viernes!... ¿Ale? No, no supe mucho de ella, no se conectó en esta semana... Sí, me gustaría hablar con ella claro...¿Salida?¿Hoy? Normal, chevere... Ahí estaré en una hora ¿Te parece?. Gracias por el dato...Antes...una pregunta. Ale...¿irá?...nos vemos entonces.

*Imágen por:

kate-es

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