05 julio, 2011

Niña del Ballet

Eh ahí a la bailarina que se mueve con dulzura al compás de los clásicos;
eh ahí a aquella dama que hace añicos a los contrapiés melódicos.
Oh humilde señorita que te escondes entre tus zapatillas rosas, no
camufles toda tu alma que el público espera ver todo tu esplendor.

Todas las niñas corren a la esquina, pero tu sonríes al espectador
bien mona con tu maillot guinda y las otras alegres cual ruiseñor.
No! no! no pares tu giro que nace de un furioso pasé, gira y gira
cual cajita de música que luego se calla y vuelve a encender.

Quizás seas un cisne blanco, o uno negro que de moda está;
quizás sea una dulce niña que un muñeco recibe en navidad.
Muchos personajes pasarán por tí y por tu belleza sin dudar,
muchas obras clamaran para que tu las oses interpretar.

¡Oh bailarina no te apagues! que yo quiero verte saltar,
dar giros por las calles y en una barra estirar.
Sé que los aplausos ya no cesan de sólo ver telón zarpar,
de sólo ver bonitas figuras que tu sueles realizar.

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